jueves, 12 de noviembre de 2009

aferrados como clavos

El objeto
tampoco imaginaba su lucha.
Cuando descubrió la nota
se le daba un mes de plazo
para convertirse en símbolo.

Una compensación justa
iba a situarlo en el centro,
aislado,
sobre un islote de tierra.

Un antiguo campeón de Kung fu regentaba
las referencias,
sus causas se aferran como clavos
a las políticas oficiales.

31 millones de almas
del oeste
han resistido
hasta un buen momento.

La noticia se extendió como el aceite:
Los dirigentes han aprobado este mes
una nueva historia
que garantiza los derechos particulares
de su creciente
clase media.

Sobre el promontorio
la firmeza
puede haber sido un ejercicio de contemplación

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